Insulinoma En Hurones – Bajo el MICROSCOPIO

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¿Qué es el insulinoma en hurones?

El insulinoma en hurones es sorprendentemente común. Esta condición afecta las células beta en el páncreas que producen insulina. La insulina es una hormona importante que regula los niveles de glucosa en sangre. 

La glucosa es la principal forma de energía en el cuerpo y es crucial para mantener la homeostasis. Si los niveles de insulina son demasiado altos, pueden bajar peligrosamente los niveles de azúcar en la sangre. 

hurón mirando hacia arriba

Insulinoma de hurón: síntomas y signos

Un insulinoma puede ser un adenoma benigno o un adenocarcinoma maligno. Los hurones afectados suelen tener entre dos y siete años, pero el hurón promedio afectado por un insulinoma tiene alrededor de cinco años de edad.

Los síntomas del insulinoma de hurón pueden comenzar gradualmente y empeorar si no se diagnostican ni se tratan. Los períodos intermitentes de hipoglucemia pueden pasar desapercibidos para algunos propietarios. Este tumor puede causar una variedad de signos clínicos que dependen de la gravedad de la hipoglucemia. Los síntomas también aumentarán y disminuirán después de que el hurón haya comido. 

Los signos a tener en cuenta incluyen:

  • La debilidad gradual y el letargo empeoran en unas pocas semanas. Los propietarios a menudo ven a su hurón temblando y débil. 
  • Pérdida de peso en poco tiempo.
  • Náuseas intermitentes crónicas, arcadas, vómitos o un hurón babeando y pateándose la boca.
  • La debilidad de las extremidades traseras, una postura de "observación de estrellas" o la ataxia pueden hacer que el hurón parezca descoordinado y deteriorado en sus movimientos y rutinas regulares.
  • Una frecuencia cardíaca rápida, temblores e irritabilidad pueden indicar niveles de glucosa en sangre crónicamente bajos. La glándula suprarrenal responde a la hipoglucemia aumentando los niveles de adrenalina para ayudar a liberar más glucosa. 
  • Una convulsión de hurón puede vincularse a episodios de colapso, desorientación, depresión y falta de respuesta. Además, puede sonar como un hurón gritando de dolor u otros ruidos molestos durante una convulsión. 

Los signos de un insulinoma son sutiles, por lo que los propietarios deben estar muy atentos si sospechan que su hurón no se encuentra bien. Los episodios prolongados de hipoglucemia pueden provocar convulsiones potencialmente mortales, daño cerebral o incluso la muerte. 

Los propietarios deben controlar a sus hurones en busca de signos de depresión o lentitud por la mañana. El hurón puede incluso verse mejor después de comer y luego volver a sumergirse justo antes de su próxima comida. 

Un hurón sano normalmente puede regular los niveles de azúcar en la sangre a través de varias vías. Por lo tanto, si sus niveles de glucosa son estables, no debería haber altibajos extremos en los niveles de actividad de su mascota.

Un veterinario puede realizar un examen físico y notar que el paciente está apagado pero alerta. El paciente puede tener bradicardia, hipotermia, letargo, espasmos o incluso convulsiones activas en casos graves. La mayoría de los pacientes que presentan insulinomas subclínicos tendrán parámetros clínicos dentro de los límites normales.

Es importante tener en cuenta que un problema subyacente, como problemas suprarrenales u otras enfermedades, puede desestabilizar a un hurón afectado y exagerar los signos sutiles.

¿Cómo se diagnostican las convulsiones de hurón?

Una historia clínica completa tomada por el veterinario que lo atiende incluye la dieta, los cambios de comportamiento y los síntomas observados. La clave para diagnosticar un insulinoma depende de cuán observador y comunicativo sea el propietario.

Si el historial del paciente o los síntomas clínicos preocupan a un veterinario, pueden realizar un examen físico completo, un hemograma total y paneles de química sanguínea. Los médicos incluirán pruebas de insulina si están disponibles.

Los niveles de glucosa en sangre deben medirse tres o cuatro horas después de que el paciente haya ayunado, pero solo si están estables. Es peligroso ayunar a un paciente que aún no ha alcanzado la euglucemia. Los niveles de glucosa por debajo de 60 mg/dL se consideran diagnósticos, pero pueden ocurrir variaciones individuales.

Durante un estudio de insulinoma, los médicos no suelen utilizar imágenes de diagnóstico, como radiografías o ecografías. Es un reto localizar el páncreas en una ecografía. En raras ocasiones, un ecografista altamente calificado con una máquina de ultrasonido avanzada puede detectar cambios sutiles.   

Los síntomas clínicos junto con los resultados de sangre correspondientes y la respuesta al tratamiento permiten al médico hacer un diagnóstico seguro.

Tratamiento del insulinoma en hurones

El tratamiento de emergencia de un hurón moribundo o convulsivo requiere hospitalización inmediata para estabilizar los niveles de glucosa en sangre. Intravenosa de dosis bajas La dextrosa solo debe administrarse en bajas concentraciones para evitar un aumento de la secreción de insulina. Los azúcares orales son peligrosos ya que provocan una liberación repentina de insulina que exacerba la hipoglucemia. 

Una vez que el paciente está estable, los propietarios deben decidir sobre las opciones de manejo médico, quirúrgico o complementario.

Administración medica 

El manejo médico a largo plazo solo es efectivo en un paciente estable. Las dosis de tratamiento de prednisona o prednisolona para hurones afectados por insulinomas pueden variar de 1,1 a 3,3 mg/lb (0.5 a 1.5 mg/kg) por os dos veces al día. Los esteroides deben reducirse gradualmente hasta la dosis efectiva más baja para lograr un estado de euglucemia. 

Los hurones tienen un agudo sentido del olfato y del gusto que puede afectar medicación sabor agradable. Por lo tanto, es esencial usar formulaciones de esteroides sin alcohol para evitar la aversión a los medicamentos. 

Una vez que tome el medicamento durante tres semanas, se requerirá un período de ayuno de tres horas para evaluar los niveles de glucosa del hurón. Esto ayudará a determinar si el paciente está estable y con la dosis correcta de cortisona.

Se requerirá una prueba de glucosa en sangre de seguimiento cada tres meses para monitorear el progreso del paciente. Si los síntomas clínicos reaparecen, es fundamental acudir al veterinario lo antes posible. 

Algunos investigadores teorizan que los insulinomas aumentan la producción de ácido gástrico. Este problema, junto con la predisposición de un hurón a las úlceras estomacales causadas por el helicobacter mustelae, requiere medicamentos gastroprotectores profilácticos. 

La famotidina es un medicamento gastroprotector adyuvante que se usa durante el tratamiento crónico con cortisona para prevenir las úlceras estomacales.      

La prednisona sola puede no lograr mantener el control glucémico, lo que requiere medicamentos adicionales. Es necesario monitorear de cerca a un paciente cuando se usa Diazóxido combinado con cortisona. La terapia médica no disminuye el tamaño del tumor. El medicamento generalmente solo controla los síntomas clínicos durante 6 a 18 meses.

hurón en la naturaleza

Manejo Quirúrgico 

El manejo quirúrgico es la opción de tratamiento ideal porque permite la extirpación de los nódulos tumorales visibles. Pero desafortunadamente, los médicos deben discutir con los propietarios que todavía pueden estar presentes múltiples lesiones microscópicas en el páncreas. Por lo tanto, la cirugía no es curativa; solo retrasa la progresión de la enfermedad. 

Algunos estudios indican que el 50% de los pacientes que se sometieron a nodulectomías o pancreatectomías parciales tienen síntomas clínicos recurrentes dentro de un año. Además, es posible que algunos pacientes no se estabilicen después de la cirugía, lo que indica una enfermedad concomitante de la glándula suprarrenal. 

Idealmente, las combinaciones de manejo médico y quirúrgico ofrecen el mejor pronóstico. Además, la variedad de tratamientos permite que las mascotas permanezcan libres de síntomas durante aproximadamente uno a tres años. 

Opciones de tratamiento adicionales

Se encuentran disponibles protocolos quimioterapéuticos desarrollados recientemente para tratar los insulinomas. La doxorrubicina se administra por vía intravenosa cada tres semanas durante 12 semanas. Las recomendaciones para combinar quimioterapia, terapia quirúrgica o médica ofrecen los mejores resultados. Sin embargo, los protocolos aún se están sometiendo a pruebas y aún no hay datos sobre el tiempo medio de supervivencia. 

Los investigadores dicen que los pacientes se adaptan bien a los protocolos y mejoran considerablemente su calidad de vida.

Los cambios en la dieta también son significativos. Los hurones prefieren comer comidas pequeñas y frecuentes. De cuatro a seis comidas pequeñas al día deben proporcionar una ingesta de alimentos constante. Además, la implementación de cambios en la dieta ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre a lo largo del día. 

Si un hurón está enfermo y no come comidas pequeñas frecuentes durante el día, entonces se deben administrar líquidos ricos en proteínas con jeringa para evitar la hipoglucemia.

El pronóstico y el resultado del insulinoma de hurón

La gravedad de la enfermedad y el tratamiento elegido determinarán el pronóstico de un insulinoma de hurón. Muchos pacientes responden bien al tratamiento dietético y al tratamiento médico. Algunos hurones pueden vivir varios meses o varios años. Los pacientes tratados quirúrgicamente tienen un tiempo medio de supervivencia de aproximadamente 500 días. 

Es muy probable que exista una fuerte predisposición genética a los insulinomas, lo que significa que las personas afectadas pueden transmitir los genes a sus crías. Por lo tanto, es mejor evitar reproducirse con estos individuos, ya que pueden transmitir esos genes. 

Trate de evitar las dietas altas en carbohidratos en los hurones, ya que pueden sobreestimular el páncreas y posiblemente aumentar el riesgo de desarrollar insulinomas. 

Atención domiciliaria y manejo de convulsiones de hurones

La atención domiciliaria incluye algunos cambios menores para mejorar la calidad de vida de tu hurón después de que se le haya diagnosticado un insulinoma. En los casos de insulinoma de hurón, la dieta es crucial. Aquí hay algunos consejos para ayudar a controlar las convulsiones de su hurón:

  • Trate de eliminar cualquier alimento o golosina con alto contenido de carbohidratos o azúcar.
  • En su lugar, proporcione proteínas de alta calidad y alimentos para hurones nutricionalmente equilibrados. 
  • No permita que su mascota ayune durante períodos prolongados y no la alimente de manera irregular. 
  • Trate de lograr un horario de alimentación que proporcione comidas pequeñas y frecuentes.
  • Durante un episodio de hipoglucemia, use miel o jarabe de maíz en una jeringa pequeña y adminístrelo en pequeñas cantidades por vía oral o en las encías. Tenga cuidado de no ser mordido ya que el hurón se está apoderando y no se da cuenta de sus acciones. Lleva a tu hurón a un veterinario lo antes posible si esto ocurre.

El control de la condición de su mascota requiere un control de glucosa en sangre de rutina. Primero, intente invertir en un glucómetro de venta libre para uso doméstico: la mayoría de las farmacias almacenan glucómetros y tiras de glucosa. Trate de medir la glucosa en la sangre de su hurón entre las comidas, por lo general 3-4 horas después de comer. Si los niveles de azúcar en la sangre de tu hurón son bajos, comunícate con el veterinario de inmediato.

dos hurones

Resumen

Si se controlan de cerca, los hurones con insulinomas pueden tener una buena calidad de vida. Sin embargo, los dueños de sus mascotas deben prestar más atención y dedicación para garantizar que su dieta y glucosa se mantengan estables. Establezca una buena relación con su veterinario para asegurarse de que su mascota reciba un control constante y completo del paciente.

A los hurones de más de tres años de edad se les debe controlar el nivel de glucosa en la sangre cada seis meses por un veterinario. La detección temprana podría salvar la vida de tu hurón.

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AUTOR

La Dra. Kaylee Ferreira, una veterinaria sudafricana de Johannesburgo, se destaca en diversas funciones veterinarias. Fundadora de Kubuntu Veterinary Services, es una dedicada amante de los animales y aventurera.