En junio estamos de celebración Semana Nacional de los Polinizadores, del 17 al 23 para ser exactos. Para homenajear a los polinizadores, decidimos dedicar este artículo a uno de los polinizadores más conocidos, la abeja. En la siguiente infografía, puedes aprender más sobre la anatomía de la abeja.
Anatomía de la abeja
Podemos decir con seguridad que la abeja es un insecto extraordinario. La anatomía de la abeja lo demuestra.
Las abejas tienen un exoesqueleto, que es la capa exterior dura de sus cuerpos. Están equipados con dos pares de alas para volar y tres pares de patas para caminar. Su cuerpo consta de tres partes principales del cuerpo: cabeza, tórax y abdomen. En la cabeza tienen antenas.
¿Por qué son tan importantes las abejas?
Todos los días leemos en las noticias que las abejas se enfrentan a la extinción y, con su extinción, nos enfrentamos a la desaparición de nuestro planeta. Las abejas son tan vulnerables hoy en día debido al uso excesivo de pesticidas y ciertos parásitos chupadores de sangre que solo pueden reproducirse en colonias de abejas. Si las abejas se extinguieran, también lo haría la humanidad. También celebramos a estas increíbles criaturas durante Día mundial de las abejas, que ocurre en mayo.
Hablemos de lo que son las abejas y su finalidad
Las abejas son insectos voladores estrechamente emparentados con las avispas y las hormigas, conocidas por su papel en la polinización y, en el caso de la especie de abeja más conocida, la abeja melífera occidental, por producir miel y cera.
Hay más de 16,000 especies conocidas de abejas en siete familias biológicas reconocidas. Se encuentran en todos los continentes excepto en la Antártida, en todos los hábitats del planeta que contienen plantas con flores polinizadas por insectos.
Algunas especies, incluidas las abejas melíferas, los abejorros y las abejas sin aguijón, viven socialmente en colonias. Las abejas están adaptadas para alimentarse de néctar y polen, el primero principalmente como fuente de energía y el segundo principalmente para proteínas y otros nutrientes. La mayor parte del polen se utiliza como alimento para las larvas.